viernes, 16 de abril de 2010

VIAJE A TIERRA SANTA (Día 8, Jerusalem)

Día 8, Jerusalem (Viernes, 2 de abril de 2010)

Este día estaba marcado como “de libre disposición” en el itinerario del viaje, como quiera que no había sido posible visitar el cenáculo en su día, decidimos aprovechar la mañana para cumplir con esa obligación. Quedamos a las 9 de la mañana en el lobby del hotel con la intención de ir en taxis hasta el cenáculo. A eso de las 7 menos cuarto, y siguiendo la costumbre de todos los días, ya estábamos en pie, así que decidimos bajar a desayunar y emprender paseo hasta el cenáculo, pasé una nota a Eugenio por debajo de la puerta indicándole el cambio de planes y quedando directamente en destino un poco pasadas las 9.
Salimos del hotel y entramos a la ciudad vieja por la puerta de Damasco, el zoco estaba todo cerrado y no había nadie por las calles todavía, fuimos paseando en dirección a la la puerta de Jaffa y antes de llegar nos encontramos con varias procesiones ortodoxas que estaban haciendo el vía crucis. En una de las calles nos tropezamos con el monumento del primer asentamiento de los hospitalarios de San Juan,

seguimos hasta la puerta de Jaffa. Al lado de ésta falta un trozo de muralla de unos 12 metros que fue derruido en 1898 por el emperador alemán Guillermo II para poder entrar en la ciudad con su vehículo; en contraposición a esta anécdota se cuenta otra que dice que el General británico Edmund Allenby en 1917 tomó la ciudad y en muestra de respeto al estatuto de Jerusalem como ciudad santa, entró andando por la puerta de Jaffa para su desfile triunfal, diciendo que “A Jerusalem se entra a pie”
Seguimos por la torre de David y por la ciudadela, pasamos por el barrio armenio y llegamos hasta el barrio judío donde paseamos por las tiendas del cardo

Y cuando pasaban unos minutos de las 9 nos fuimos a esperar al resto del grupo con el que habíamos quedado en la puerta del cenáculo. Pasaban de y cuarto cuando llegarón Manolo y Marisa con Gerardo y Mª José acompañados por Pepe, entraron y nosotros seguimos esperando hasta casi las nueve y media. Subimos al primer piso del edificio que es donde se desarrolló la última cena y de ahí ascendimos al mirador de la cubierta.

Terminada la visita cultural decidimos acompañar a las señoras a la galería comercial Mamila y al barrio judío de Ben Yehuda, recorrimos las calles del barrio judío, el barrio cristiano y salimos de la ciudad por la puerta de Jaffa, atravesamos la galería comercial y llegamos a Ben Yehuda, decidimos tomar una cerveza con tan buena suerte que en el Pesaj y en el barrio judío no hay nada que fermente, o sea, no hay cerveza. Íbamos a tomar otra determinación cuando José Antonio encontró una pizzería que nos servía cerveza y allá que fuimos.

Tomamos unas maccabee, algunos las tomamos con sprite ya que no había gaseosa, y unas aceitunas y salimos todos juntos para disolver el grupo y manejarnos en pequeños grupúsculos más fáciles de organizar. Quedamos emplazados en la reja verde de la plaza próxima al Santo Sepulcro, que todos sabemos dónde está y dispersamos el grupo, cada uno hace la guerra del regateo y las compras por su cuenta.
Inmersos en el zoco, vamos adquiriendo distintos souvenirs hasta la hora de la comida, reunido todo el grupo de nuevo nos vamos a comer a una pizzería, llamada Basti, situada en la vía dolorosa, donde también están comiendo Gerardo y Manolo, no hay sitio en la terraza así que entramos al bar, nos sentamos en dos mesas pero unos cuantos deciden salir a ver pasar los grupos de penitentes con la cruz a cuestas en el recorrido del vía crucis, se aposentan en una mesa exterior y reajustamos para ocupar sólo una en el interior. Terminada la pizza y el helado, nos vamos al hotel a dejar las bolsas y descansar un poco mientras el resto del grupo decide seguir paseando.
Quedamos de nuevo en la estación 5 de la vía dolorosa y cuando nos reencontramos el grupo está terminando de comprar, decidimos que era el momento de descansar y buscamos un sitio que nos vendan cerveza, intentamos acercarnos hacia la plaza del Santo Sepulcro pero antes de llegar una mesa en la calle con un montón de cervezas llama nuestra atención y allí que nos metemos, Cynthia Cave, se trata de un bar con dos sótanos, bajamos hasta el final y el propietario nos cuenta que ese sótano le apareció a él cuando picaba para hacer los servicios y que al otro lado de la roca de la pared se encuentra el Santo Sepulcro, al principio pensamos que es una vacilada pero cuando nos entrega una tarjeta con un plano tiene todos los visos de ser cierto, en cualquier caso el local es muy agradable y la atención correcta.

Allá estábamos cuando Charo y Pili empiezan a bailar la danza del vientre, con tan buena suerte que la televisión que había en la calle encima de la puerta emite sus bailes para disfrute de los viandantes. Mientras tanto Marta y Rosa deciden ir al Santo Sepulcro a pasar cruces y rosarios por la piedra y Domingo las acompaña, pasaba mucho rato desde que habían salido y como ya teníamos que ir pensando en regresar al hotel para la cena decidí ir a buscarlas, en una de las calles que lleva a la basílica veo al fondo las luces azules de un coche de policía y de repente la gente empieza a correr hacia mí, los comerciantes guardan el género dentro de la tienda y cada vez el paso se hace más difícil así que optó por volver e intentar acceder por otro lado, cuando llego al grupo el camarero me dice que no hay otro camino así que vuelvo con Amado y al llegar al punto del conflicto nos encontramos con Rosa, Marta y Domingo que salían de una tienda. Volvemos con el grupo y regresamos al hotel.

Después de cenar, una copa en el bar del hotel y a preparar las maletas para el día siguiente.

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