lunes, 5 de julio de 2010

NOCCINO 2010

Todas las crónicas que hagamos sobre la elaboración de nuestro caldo deben forzosamente comenzar de la misma manera, y esta no es otra que recordando el lema que acompaña a nuestras cántaras de Noccino,
"Cuenta una vieja leyenda
que en Teruel y por San Juan,
los Hospitalarios y los Templarios,
unidos como hermanos
recolectan las nueces
que servirán a las Beguinas
para elaborar un caldo
que les ayudará a soportarlos fríos inviernos
y les dará vigor en la batalla."

Se acercaba San Juan y el frío y las lluvias de las fechas precedentes no presagiaban nada bueno, las nogueras tenían nueces como olivas y el sol que debía madurarlas no acababa de aparecer, nos planteamos incluso la posibilidad de faltar a esa vieja tradición y retrasar la recolección hasta que el tamaño de las nueces lo aconsejara.

Alguno pensó que quiza aquella "desfachatez" nos obligaría a reescribir ese lema que rezaría:
"Cuenta una nueva leyenda
que en Teruel y por San Fermín,
los Hospitalarios y los Templarios,
juntos como primos
recolectan las nueces
que servirán a las Beguinas
para elaborar un brebaje
que les ayudará a soportar las lluviosas primaveras
y les dará vigor en la batalla."


Aquello era inasumible y se decidió mantener la recolección para San Juan, estuvieran las nueces como estuvieran. Y por eso la recolección se llevó a cabo en la fecha prevista, es decir, para San Juan.
Recogidas las nueves y almacenadas en un recipiente se guardaron en el garaje para ser tratados en el momento adecuado.
Comienzan los preparativos para el día de la elaboracion, con ellos un interminable intercambio de mensajes, correos y llamadas telefónicas, para convocar a los miembros de la encomienda.
"Que me ha dicho Fulano, que quedamos en su casa",
"Que me ha dicho Mengano, que Fulano le ha dicho que si Zutano prefiere que se hace en casa de Sultano",
"Que mejor que primero vayamos a casa de Zutano, y luego a caso de Sultano",
"Que lo mejor hacerlo en casa de Mengano y luego llevarlo a reposar a casa de Fulano"
"Que Sultano, Zutano y Fulano prefieren hacerlo en casa de Mengano"
Por fin se cuadra el programa de actos y parece que ya todos tenemos claro donde acudir y a qué hora.
El viernes 2 de julio, se adquieren el resto de los ingredientes, que de nuevo vamos a mantener en el secreto que exige la exclusividad de la receta.

Y llegamos al sábado 3, los miembros de la encomienda templaria y hospitalaria quedamos convocados a las 10:00 para degustar unos huevos fritos recien cogidos del gallinero y unas pancetas fritas, bien de pan, vino y unos chupitos de orujo para comenzar la jornada.
Un rato de terturlia y organización del resto de la mañana, unos a comprar lo necesario para pasar el día, otros a buscar a las beguinas y el grueso de la expedición traslado hasta el lugar donde debería elaborarse el vino. Una vez allí se divide la expedición en grupúsculos más pequeños que son destinados a diferentes tareas dentro del proceso. Para la asignación a cada tarea antes que la habilidad innata se tuvo en cuenta la disponibilidad de guantes protectores contra el ataque de ese líquido en principio transparente que sale de la nuez, que cuando cae en la mano se vuelve amarillento y que de seguido se vuelve negro negro y perdura por días y días.
Se comienza la manipulación de las nueces y enseguida nos percatamos de que la decisión de mantener la recolección para San Juan había sido acertada, ¡qué digo acertada!, había sido acertadísima, teníamos en nuestras manos un fruto verde, grande, gordo como huevos de pato y jugosos a reventar. Seguramente el Noccino 2010 será un caldo de excelente calidad.

Se acercaba la hora de comer y no habíamos parado ni para tomar una cerveza así decidimos regresar hasta el lugar donde habíamos almorzado y con la satisfacción del trabajo bien hecho degustar unas cervezas.

Así lo hicimos, cogimos una veintena de sillas de plástico y regresamos a la primera ubicación, comenzamos a preparar cervezas o vinos acompañados de pepinillos, banderillas, cacahuetes o patatas que iban desapareciendo mientras los numerosos pinches de cocina cortaban el pescado o los calamares y el cocinero sofreía la cebolla y el marisco.

Rondaban las 3 de la tarde cuando la fideua estaba terminada. He de confesar que según se cocinaban los fideos mi percepción inicial de que tendríamos que echar mano de la conserva para completar la comida se iba disipando, también de he confesar que no fui el único que lo pensaba porque mientras se servían los platos cada uno que se acercaba decía lo mismo "Que no va a llegar" "Que todavía faltan 10" "Que esos platos son muy grandes y luego habrá que repartir"

Al final comimos todos, repetimos algunos y todavía quedo para dar de comer a todo el equipo de gimnasia rítmica o a dos del equipo de rugby.

Para terminar, una cajita de cerezas recien cogidas y unas tartas de chocolate cortesía de una de las beguinas.

Había concluido la comida y llegó el momento de los mojitos, se dispusieron encima de la mesa todos los ingredientes y comienza el proceso menta y azucar, la maza para machacar y extraer el aroma, lima, chorrito de limón paseo hasta la nevera para el hielo picado, ron y un chorrito de sprite, se menea todo, una pajita y pa´dentro.
Así hasta 30 ó 40 veces o más, ¡que sé yo! el montón de pajitas que iban y venían cada una dentro de un vaso con hielo y algo verde al fondo.

Mientras tanto, la radio nos iba contando lo que padecia Argentina contra Alemania y el resultado final que mandaba a casa a los primeros y convertía a los segundos en semifinalistas del mundial.

Aquel que no gustaba del mojito ni del fútbol ocupó el tiempo en dormir, pasear e incluso leer el periódico.

Se acercaba el momento del inicio del partido de Paraguay contra España y ya teníamos la pantalla colocada, la conexión a la cadena preparada y las sillas alrededor de la mesa listas para ser ocupadas.

Pinturas rojas y amarillas en caras, brazos o escotes, camisetas rojas y banderas de España daban color a la reunión. Comienza el partido y a falta de las típicas y odiosas vuvuzelas sudafricanas, la animación la ponían dos tapas de cacerola a modo de platillos. Sufrimiento, nervios y calor, mucho calor, durante todo el partido. Por fin termina el partido, Paraguay a casa y España a semifinal contra Alemania.

Es el momento de cenar. Unas ensaladas y conserva hacer las delicias del excitado público, que poco a poco va a asumiendo la alegría del pase a semifinales.

Terminada la cena es el momento de recoger y abandonar el lugar para dirigirnos cada uno a nuestra casa.

Dejamos el noccino macerando en sus "barricas" de plástico, a partir de ahora sólo el buen hacer del hermano vinatero, la espera y la intercesión de los dioses darán en 2011 un nuevo Noccino digno de los más exquisitos paladares de esta encomienda y de todos aquellos que sean afortunados de probarlo.