miércoles, 23 de febrero de 2011

BODAS DE ISABEL 2011

CRONICA BODAS DE ISABEL 2011 por Fr. Martínez de Dirdam

Un año más hemos acudido a la cita turolense de todos los años. Teruel lucía más hermosa que nunca y aunque no estaba para llover (según nuestro hombre del tiempo particular) cayeron algunos litros de agua el sábado aunque la mañana del domingo fue espectacular.
Nuestra encomienda se reunió el jueves para montar la haima en nuestro lugar de costumbre, pero según me contaron, la remodelación de la plaza nos obligó a dejar nuestra ubicación a los Santos Médicos y ocupar nosotros el centro de la plaza.
El viernes por la mañana tuvo lugar la Boda de Isabel de Segura y don Pedro de Azagra, de ahí el nombre de los medievales de Teruel. Después de la boda y del pregón, la entrega de premios Defensor de Tirwal, donde se reconoció el trabajo de las Beguinas y se les concedió el Premio al Mejor Grupo de 2010

Yo llegué el viernes justo para el nombramiento de mi amigo Ramoncín como caballero templario. Todos esperábamos en el campamento templario la hora del Capítulo.
En la foto varias beguinas (que acompañan a los Templarios allá donde vamos)


Otro amigo que no faltó a la cita fue Eric Frattini que el año pasado fue nombrado Hospitalario, el que tengo a mi izquierda es Pepe Juste, nuestro hombre del tiempo (de ahí su cara de tristeza)

La hora programada llegó y en formación nos dirigimos al capítulo templario

Allí y ante numerosos testigos apadriné a Ramoncín

que sería admitido en la orden una vez pasadas todas las pruebas pertinentes.

La primera foto de Ramón con sus hermanos


Aquí tengo la primera foto de Ramoncín con su uniforme templario

Algo importante para un caballero es tener una dama a la que servir eternamente

Una vez terminado el trabajo el templario debe de calmar su sed en alguna posada cercana

El sábado por la mañana tuve cita en la Cadena SER. Fui invitado por el programa "A vivir Aragón" que se celebraba en directo desde la plaza del Torico. Allí compartí micrófono con mis amigos Eric Frattini y el escritor portugués Luis Miguel Rocha.

Mientras hablábamos en la radio, mis hermanos batallaban contra los invasores y apresaban al incauto que pretendía dar muerte al capitán de los ejércitos


Toda batalla que se precie está aderezada por personajes que aprovechan cualquier descuido para la rapiña y el pillaje y en eso son expertos los pobres de la villa


Estoy convencido que si pudiera viajar en el tiempo y pudiera estar en la época en la que vivían los templarios me encontraría con estos dos personajes, por un lado, con Juan Carlos Cruzado, la imagen del auténtico Hospitalario

Por otra, Toni, el auténtico templario y custodio del Santo Grial

Aquí parte del grupo...



Con Paco y con Eugenio no me importaría tenerme que enfrentar al infiel

Juan Carlos y Eugenio son el Hospitalario y el templario más grandes (quitando a Angelón)

No suele ser habitual el juntarme con Hospitalarios por eso decidí sacar esta foto con Eric, Juan Carlos y Pepe Juste

El domingo se lleva a cabo el entierro de los amantes, a los templarios nos toca llevar en hombros a Diego de Marcilla.

Los Hospitalarios y los Templarios son los encargados de que durante las representaciones todo discurra en orden y de que las calles estén despejadas de público. Aquí en la foto tenemos a Valentín en "plena faena" aunque me aseguraron que es raro sacarle una foto trabajando...

Y mientras los Hospitalarios trabajan...

Los Templarios nos dedicamos a otras labores...

Una vez hecho el desayuno y preparadas las calles me asignaron compañero para transportar a Diego de Marcilla. Valentín fue mi sufrido compañero

Antes de cargar con el muerto los Templarios cogemos energía y cargamos las pilas...

Porque luego portar a Diego se hace duro


Otro año que termina y ya estamos preparando el siguiente. La próxima cita en la noche de San Juan donde Templarios y Hospitalarios fabricamos nuestro famoso "vino de nueces" pero eso merecerá otra crónica...

viernes, 15 de octubre de 2010

Miembro de Honor 2011

Tocaba comenzar con los preparativos para el nombramiento del que será el Miembro de Honor de nuestra encomienda para el año 2011, así que reunida la Asamblea en día 3 de septiembre se acordó admitir la propuesta para nombramiento de honor de la Asociación Encomienda Templaria y Hospitalaria de Teruel a D. Ramón J. Márquez, más conocido como Ramoncín.

Para darle traslado de que la propuesta de su nombramiento había sido aprobada, se decidió emprender viaje a Madrid para cursar la invitación de manera oficial.

Y estos son los hechos que acontecieron ese día.

Con las primeras luces del 18 de septiembre y a bordo de dos carruajes hábilmente conducidos por Fr. Ximenus y Fr. Adolfo pusimos rumbo a Madrid, no sin antes de que Fr. Adolfo parase en Cella a recoger a Fr. Cenarro.

En ese momento acordamos vernos en el 103 para recobrar fuerzas y proseguir viaje. Por situarnos, diremos que el 103 es un restaurante ubicado entre los Km. 104 y 102 según se va, con capacidad para 1.500 comensales y que se ve desde siete kilómetros de distancia. Esto lo digo únicamente porque uno de los dos conductores no fue capaz de encontrarlo y malcomieron en un garito situado en el kilómetro 95.

Como dábamos por hecho que parábamos todos en el mismo sitio, Fr. Ximenus pidió “Torreznos” en abundancia para siete buenos comedores, además de los correspondientes huevos fritos de los que solo pidió para los que estábamos presentes por si se enfriaban.

Cuando estábamos dando cuenta de los huevos y haciendo sitio para una veintena de torreznos, nos llaman diciendo que se habían perdido, que fuéramos almorzando. ¡Sin comentarios!
Entre tres nos liquidamos todos los torreznos.

Una vez nos reunimos todos en el “95” nos enteramos que Fr. Vicente de Lidon no había podido venir, con lo que en realidad éramos seis los viajeros y cuando nos habíamos liquidado unos carajillos y tomado el pelo a los perdidos, se le ocurrió a Fr. Cenarro ir a mirar en el expositor de CD´s y cual es la sorpresa que debajo de la capa de polvo había un ejemplar de Ramoncín y rápidamente, con la agilidad mental que le caracteriza se hace con él.
Acto seguido aparece el dueño de la pieza y le dice que ha tenido suerte, que está de oferta, tiene 2 x 1 y que debe elegir entre una extensa gama de grandes artistas entre los que se encontraban Antoñita Peñuela, Miguel Gallardo, Braulio o Juanito Valderrama entre otros. Después de mucho pensar y debatir al final se decidió por los Chunguitos, con lo que nos dispusimos a abandonar el estableciendo y seguir camino cuando de repente, ya en la calle, sale corriendo el dueño y nos dice gritando “Eh, que si no funcionan los discos no se admiten cambios”, ¡esperanzador!.

Aunque parezca mentira, llegamos a Madrid, no sin antes ir cada uno por una calle como mandan las normas y de un tirón al Bernabeu, donde aparcamos como pudimos. Freyre Adolfo aparcó en Residentes, zona verde, ya que es de la opinión que cuando se va a pasar todo el día ya eres residente y que la zona azul es solo para horas sueltas.

Haciendo gala de nuestra educación y como buenos visitantes, les llevamos unos presentes basados en Melocotones de Calanda, pate de olivas negras, unas pasticas y alguna tinaja de vino de nueces.

Una vez descargados los presentes nos fuimos a ver la capital, aquí capitaneados por Fr. Adolfo que resultó ser un gran conocedor de aquellas tierras.


Fuimos al antiguo “Cachirulo” y también a ver a un amigo de Calamocha que ha hecho carrera en la Capital y regenta con éxito varias tabernas.
Después de esto fuimos a buscar al resto, primero encontramos a Fr. Sancho López de Lienda y minutos más tarde a Fr. Martínez de Dirdam y Sonia que vinieron a lomos de una magnífica scooter.

Una ver reunidos todos, nos encaminamos al restaurante “Pasta Nostra” en la calle Padre Damián, allí nos esperaba ya Manolo, con puntualidad espartana, y momentos después apareció Ramoncín.

Como era yo el que había estado en contacto con él salí a recibirlo y después de presentarme a su esposa Amalia, a su hijo Joel y a la novia de éste, que ya se iban, entramos al restaurante, momento en el que también llegaban Eric y Antonio con Silvia y Sofía. Una vez dentro, fuimos presentando a todos y se hicieron entrega de los malacatones junto con un par de ejemplares de “Memorias de un viejo caballero” que uno por uno dedicamos a los dos propietarios del restaurante.

Después de varias cervezas Peroni tomamos asiento en una magnífica terraza cubierta que habían reservado únicamente para nosotros y a la que hubo que buscar la temperatura ideal ya que a Ramoncín el aire excesivamente frío le atacaba la garganta por lo que se decidió por eliminar el acondicionado y dejar unos ventiladores de techo que mantenían bastante bien la temperatura.

Todo controlado, comienzan su aparición los primeros platos, magníficas ensaladas, queso de búfala, mozzarella, sobre base de tomates y demás viandas con tremendo sabor italiano. El segundo plato fue a la carta y aquí solo puedo hablar por mí, me comí la mejor lasaña a la leña que recuerdo. Ramoncín y Sra. que los tenía al lado se metieron entre pecho y espalda una Pizza de lo menos 40 cm. de diámetro, todo muy bien regado con buenos vinos y Peroni en su punto de frio.

Con las atenciones que nos dispensaba Carlos estábamos como en casa, parecía que estábamos cenando en un bar de Teruel ya que sólo nos faltó cantar, porque brindar, brindamos

Después de unas bandejas con postres de degustación con flanes, tartas de varias clases y una especie de profiteroles con chocolate caliente fue cuando Ramoncín nos obsequió con unos ejemplares de su último trabajo “The Cover Band”, un estupendo homenaje a los años 60.

Cafés, copas y Noccino, mucho Noccino. Amalia hizo un gran aprecio de nuestro vino, para gran satisfacción mía.
¡¡ Oh liquido infernal!!

Al final de la comida se hizo la comunicación oficial al nuevo aspirante, advirtiendo que la admisión tendrá que ser decidida por los freires de la Encomienda en Capítulo a celebrar en la villa de Teruel el viernes 18 de febrero de 2011 (o lo que es lo mismo, durante la celebración de las Bodas de Isabel de Segura en el año del Señor de Mil Doscientos y Diecisiete).

Terminadas las primeras copas, pasamos al vaso grande y entramos con más detalle en “Las Bodas”. Tanto Ramón como Amalia estuvieron totalmente receptivos y mostraron un gran interés por todo lo inherente a esta fiesta, vestimentas, actividades, costumbres, qué hacer, qué no hacer, etc.etc. acordando que estaremos en contacto para ir matizando los aspectos fundamentalmente relativos a vestimentas, tanto de él como de ella, que mostraba interés por vestirse de pobre.

Nos levantamos de comer a las 19,30, al salir nos cruzábamos con la gente a cenar. ¡¡Siempre igual!!

Cuando ya estábamos en la calle y empezaban las despedidas, alguien (yo) le dijo a Ramón “vamos al bar de al lado” a lo que este contestó “Si Sire” y allí que nos fuimos todos, a la calle López Pozas a echar un pelotazo.


Aquí Ramón estuvo atendido por Domingo y Carlos que terminaron de bordar un día magnifico informando exhaustivamente al aspirante de cúal es el espíritu de la Encomienda, en qué consiste ser nombrado miembro de honor, posibilidad de entrar como miembro de hecho al año siguiente, condiciones, obligaciones, derechos, vestimenta que se le proporciona el primer año, consejos sobre vestimenta que debe procurarse él mismo, etc. etc . etc. Ramón quedó encantado con la aventura en la que le hemos embarcado y tan entusiasmado que se le hacía larga la espera, ¡es que aún quedan cinco meses!, comentó, ya quería comenzar a buscar vestimenta, cotas, armas…..,tranquilo, le dijó Fr. Sancho, ten un poco de paciencia que es poco tiempo y ahora nos toca a nosotros ponernos las pilas y empezar a preparar la nueva edición de las Bodas.

lunes, 30 de agosto de 2010

RUBIELOS DE MORA, Otra crónica

Después de haber compartido desfile, capítulo templario y taberna, el Maestre de la Encomienda de Alcora ha tenido a bien remitirnos sus impresionies sobre lo acontecido en la Villa de Rubielos y que han sido recogidas en la crónica que apareció en el diario digital elperiodic.com y que a continuación os presentamos:


CABALLEROS TEMPLARIOS EN RUBIELOS

Los caminos de Alcora nos llevan por tortuosas carreteras y profundos barrancos a la bella ciudad turolense de Rubielos de Mora. Van sucediéndose las villas, como nidos de águila colgados en las rocas escarpadas de atalayas inexpugnables. Hacia Rubielos cabalgan los Caballeros de Urrea y las Damas de Alcalatén en reciente asociación, con su encomienda Templaria. Son invitados a la ceremonia iniciática de juramento de siete caballeros, en la iglesia parroquial y antigua colegiata de Santa María la Mayor de Rubielos de Mora.
Esta bella ciudad, se ha engalanado para la fiesta medieval con pendones, catafalcos, estandartes y un pintoresco mercado de los más variados oficios, ofreciendo artesanía y exquisiteces. A la llegada, la agrupación alcorense compuesta por varios caballeros, entre los que destacan Ximeno de Urrea y el maestre de la Encomienda Templaria, saludan a varios grupos procedentes de Castellón, Vall d’Uxó y Teruel. Una ordenada salida en formación lleva a los congregados a la sala capitular del ayuntamiento de la Villa, y desde allí, desfilar hasta la Colegiata donde tendrá lugar el acto de Juramento. Las estrechas calles rubielanas, tortuosas, pulcras y entoldadas con soberbios artesonados, son un magnífico escenario natural para retroceder en el tiempo.
Si entornas los ojos despacio, observas los movimientos de mercaderes, bufones, artesanos, juglares, cortesanos, damas nobles y sobre todo, guerreros. Caballeros venidos de plena edad media, con sus yelmos, espadas, cotas de malla, lanzas y las túnicas -blancas en este caso, con la cruz roja pateada-, enseña templaria ineludible que nos acerca por momentos, al acto central del juramento de postulantes a la orden del Temple, que los convertirá en soldados de Cristo. El interior del templo da un momentáneo respiro al calor sofocante de agosto. El Maestre, Senescal y Sacerdote, presiden desde el presbiterio el acto solemne. A su izquierda los pendones de las distintas hermandades venidas de lejos, con sus representantes, junto al Baile de la ciudad. Frente a ellos y arrodillados los futuros templarios en tensa espera. Todo tiene un aire místico y profundo, la gestualidad, los atuendos, las voces, el ritual...”...no permanecen nunca ociosos...arreglan sus ropas rotas, sus armaduras...se cortan los cabellos, se bañan raramente, se ven desaliñados, pestilentes, maculados por el calor y la loriga, negros de polvo y bronceados como su armadura...”
Y les dan su ajuar, “dos camisas, dos pares de calzas de burel, un sayón, una pelliza, dos mantos uno de invierno forrado de oveja o carnero, el sayón cortado para facilitar los movimientos y la capa blanca inmaculada como debía ser su alma. En lo militar, una loriga (cota de malla), un par de calzas de hierro, un casco, un yelmo...una espada de doble filo, una lanza de madera de fresno y punta de hierro, un escudo triangular, tres cuchillos y una gualdrapa (faldón de los caballos)...”
El Senescal armó a los caballeros, el Maestre formuló el juramento y las voces varoniles resonaron por las bóvedas del templo. El tiempo retrocedió ocho siglos, y todos los allí presentes sentimos estar viviendo algo muy especial. Tuvimos el privilegio de contemplar en parte, una ceremonia iniciática, ancestral y secreta, oficiada con respeto y dignidad.
Concluido el acto los Caballeros de Alcora, pudimos departir con los Templarios de Vall d’Uixó, los Templers de Castellón, los de Teruel, y por supuesto los Templarios anfitriones de Rubielos de Mora, con quienes participamos por el pueblo en una especie de Pregón. Recorrimos el mercado y sus puestos, tan variados como interesantes, entre el jolgorio del público congregado y los distintos aromas, que envolvían el aire por entre aquellos estrechos callejones. Siguió la cena con unas migas con huevo frito, vino y cerveza, carne con patatas y helado.
Por la noche, entrada desde el convento de agustinas al casco urbano, con antorchas y sonido de tambores. Se juntaron un carromato prisión, danzarinas moras y jinetes ataviados con las capas de la Encomienda Templaria y Hospitalaria de Teruel, y de nuestros caballeros de Alcora. Recorrido histórico y emotivo hasta la plaza, donde se representó una escenificación histórica, acabando la jornada muy entrada la madrugada. El día siguiente prosiguió el ambiente medieval y la clausura de unos actos sobrios, coloristas y llenos de encanto. Agradecidos a cuantos forjaron la invitación y se volcaron con los bisoños caballeros alcorinos, Caballeros de Urrea y Damas de l’Alcalatén: Templarios de Rubielos de Mora, Cavallers i Dames d’Uixó, Templers de Castelló y muy especialmente a la encomienda Templaria y Hospitalaria de Teruel, junto a sus monjas Beguinas, a quienes torturamos a preguntas sobre indumentaria y otras cosas, espero nos disculparan.
Conclusión. Cualquier tema relacionado con los templarios, es apasionante y te traslada a remotos tiempos no exentos de misterio. Desde la muerte de su fundador Hugo de Payns, en el siglo XII hasta hoy, los Militum Cristi han forjado numerosas leyendas. Fueron aniquilados con ferocidad por los intereses bastardos de un rey ambicioso, y un papa títere. Pero una cosa queda clara, su espíritu vive en la actualidad entre hombres revestidos de blanco sayal y cruz roja pateada, con cota de malla y espada al cinto, auténtica o toledana. Lo que nunca podrás saber, si se trata de una mera recreación festiva, folklórica y colorista. O ciertamente, el lema templario bulle en sus venas y es mucho más de lo que a simple vista se pudiera ver. “Non nobis Domine, non nobis sed Nomini tuo da gloriam”.
VICENTE ALBARO

martes, 24 de agosto de 2010

RUBIELOS DE MORA (TERUEL)

Nuestra Encomienda había recibido invitación para participar en el Capítulo Templario que iba a tener lugar en la localidad de Rubielos de Mora.

Según el documento recibido, los templarios de la mencionada localidad iban a oficiar la ceremonia de ingreso de varios miembros en su encomienda, y para ello habían solicitado la presencia de encomiendas próximas para que oficiaran como testigos de lo que allí iba a suceder.

La convocatoria estaba fijada para vísperas del día 20 de agosto, así que pasando algo más de una hora de la hora nona partíamos desde Teruel en nuestro carruaje en dirección a Rubielos.

Arribábamos una hora más tarde y allí nos esperaba Freire Alonso de la Civera y la Beguina Alda de Beselga que ejercerían de anfitriones.
En llegando y aparcando nuestro carruaje, nos encontramos con Freire Timoteo de Gúdar que acababa de llegar y ya estaba casi dispuesto.

Cambiamos nuestros ropajes de viaje por sobrevestas y capas albas adecuadas para la ceremonia y partimos hacia el lugar desde el que iniciaríamos el desfile.

Como quiera que todavía no se había alcanzado la hora fijada y que el calor era sofocante hicimos un alto en la posada para tomar un refrigerio antes de partir definitivamente hacia las afueras de la muralla donde nos esperaban el resto de las encomiendas invitadas.

Formados para el desfile fuimos acompañados por el Senescal de los templarios de Rubielos hasta la sede del Concejo de la Villa donde fuimos recibidos por el Maestre de la Encomienda y por el Alcalde de la Villa.

Cobijados a la fresca del señorial edificio, aguardamos hasta que todos los invitados a la ceremonia hubieron llegado.

Completada la convocatoria se recompuso la comitiva y se comenzó el desfile por las engalanadas calles de la villa. Sorteando puestos del mercado medieval y visitantes llegamos a la plaza de la sombra y de ahí a la puerta principal de la Iglesia de Santa María.

La puerta estaba cerrada y el Maestre dio los tres golpes que debían servir de contraseña para que ese portalón dejará paso al interior del templo.

Los Maestres y Gonfaloneros de las distintas encomiendas aguardaron en el exterior mientras que el resto de la comitiva ocupábamos los lugares reservados en los primeros bancos de la iglesia.

Una vez en nuestra posición pudimos observar la cuidada puesta en escena compuesta por un reclinatorio para siete candidatos con siete capas perfectamente plegadas, detrás un grupo de armas compuesto por un yelmo, un hacha, una maza y una espada, a ambos lados del reclinatorio dos grupos de tres lanzas atadas en trípode con sendos estandartes blanquinegros y escudos a sus pies, una mesa para los cinturones y las limosneras a la izquierda y un soporte para las siete espadas a la derecha, justo delante la mesa del altar con dos grandes velones encendidos, tras ella tres escaños ocupados por el Maestre en el centro el Senescal a su derecha y el capellán a la izquierda. A la derecha de este cuadro un escaño para el Alcalde y otros escaños para los Maestres de las encomiendas y tras ellos un banco para los gonfaloneros y a la izquierda dos escaños más para los notables de la encomienda. En lo más alto del cuadro el Gonfalonero de Rubielos con el estandarte blanco y negro de la Encomienda.

Comienza la ceremonia con la entrada de los siete candidatos desde la sacristía, acompañados por los hermanos de la encomienda son llevados hasta el coro para que manifiesten sus intenciones y su compromiso, contestadas las preguntas de rigor son llevados hasta el reclinatorio donde escuchan las palabras del Senescal que da por iniciado el capítulo.
La ceremonia continua con la entrega a los candidatos de los cinturones de armar, las espadas, las limosneras y la bendición de las cruces que el capellán cuelga en el cuello de los candidatos.
El Maestre toma la palabra y tras unas reflexiones sobre la vida en la encomienda impone la capa blanca con la cruz roja que los identificará como Templarios. Tras esto los candidatos abandonan su posición y concluye la ceremonia con la entrega de un pergamino a cada uno de los Maestres invitados y al Alcalde de la Villa.

Toda la comitiva es convocada en la plaza del sol donde se encuentra ubicada la taberna para aplacar la sed con unas cervezas.

En estas estábamos cuando muchos de los templarios participantes abandonaron el lugar para asistir al pregón, unos en deferencia al pregonero que acababa de oficiar de narrador en la ceremonia y otros en respuesta a la solicitud del Alcalde. Nosotros, que no debíamos nada a nadie, continuamos tertuliando en la taberna.
Curioso fue el momento en que el Maestre de la Encomienda de Alcora se dirigió a nosotros y en el tono jocoso nos dice: "Vosotros ,¿qué? ¿acabáis de llegar de Tierra Santa?". El tiempo nos faltó para hacer referencia a nuestro último viaje a Jerusalén.
Continuamos departiendo con unos y con otros y tomando algunas cervezas más.
Partimos de allí para dar una vuelta por la villa hasta la hora de la cena que estaba prevista media hora antes de completas y aprovechar para repasar nuestras espadas en la herrería .

El tiempo se nos echó encima y pasadas eran ya completas cuando regresábamos a la taberna donde nos esperaba el Maestre anfitrión quien nos instó a ocupar nuestros lugares para poder comenzar a degustar unas migas con huevo frito regadas con jarras de vino o cerveza, antes de comenzar con el segundo fuimos requeridos por el herrero de la villa para ayudarle a guardar los enseres propios de la herrería y allá que fuimos, recogimos todo en el claustro de las hermanas agustinas, momento este que aproveché para adquirir un trozo de membrillo casero y unos almendrados para el postre. A la vuelta ya teníamos sobre la mesa un plato de filetes de lomo con patatas y para concluir un helado de fresa. Degustamos los dulces de las monjas y unos orujos que nos sirvieron para brindar por los presentes y también por los ausentes.
El acto concluyó con la entrega de presentes al Maestre anfitrión y algunas de las personas que habían colaborado en la ceremonia.

La salida desde la taberna debía hacerse en desfile hasta extramuros donde deberíamos acompañar a los actores, bailarinas y jinetes hasta la plaza de la villa.

Cuál fue nuestra sorpresa cuando vimos que los jinetes no iban adecuadamente ataviados para el desfile, rápidamente Freire Alonso propuso a nuestro Maestre la solución y éste ordenó que les prestáramos nuestras capas blancas.

Ahora estaba todo preparado para comenzar la marcha, llegamos a la plaza de la sombra donde comenzaron los bailes y la representación teatral sobre una taberna, una infidelidad y una brujería que continuará al día siguiente.

Terminada nuestra participación en la representación, recorrimos las tabernas de la villa hasta que faltando una hora para la hora prima nos retiramos a nuestros aposentos.

Amanecíamos al día siguiente bastante después de tercias, casi más cerca de sextas y después de ataviarnos fuimos hasta el escenario donde aguardamos los dances de las bailarinas y la representación teatral en la que tomaba parte nuestro hermano de la Civera y que debía concluir con la elección del Justicia y la conclusión del juicio por brujería.

Concluida la obra y tras tomar un refrigerio de despedida retomamos nuestro carruaje y emprendimos viaje de regreso hasta tierras de Teruel.

lunes, 5 de julio de 2010

NOCCINO 2010

Todas las crónicas que hagamos sobre la elaboración de nuestro caldo deben forzosamente comenzar de la misma manera, y esta no es otra que recordando el lema que acompaña a nuestras cántaras de Noccino,
"Cuenta una vieja leyenda
que en Teruel y por San Juan,
los Hospitalarios y los Templarios,
unidos como hermanos
recolectan las nueces
que servirán a las Beguinas
para elaborar un caldo
que les ayudará a soportarlos fríos inviernos
y les dará vigor en la batalla."

Se acercaba San Juan y el frío y las lluvias de las fechas precedentes no presagiaban nada bueno, las nogueras tenían nueces como olivas y el sol que debía madurarlas no acababa de aparecer, nos planteamos incluso la posibilidad de faltar a esa vieja tradición y retrasar la recolección hasta que el tamaño de las nueces lo aconsejara.

Alguno pensó que quiza aquella "desfachatez" nos obligaría a reescribir ese lema que rezaría:
"Cuenta una nueva leyenda
que en Teruel y por San Fermín,
los Hospitalarios y los Templarios,
juntos como primos
recolectan las nueces
que servirán a las Beguinas
para elaborar un brebaje
que les ayudará a soportar las lluviosas primaveras
y les dará vigor en la batalla."


Aquello era inasumible y se decidió mantener la recolección para San Juan, estuvieran las nueces como estuvieran. Y por eso la recolección se llevó a cabo en la fecha prevista, es decir, para San Juan.
Recogidas las nueves y almacenadas en un recipiente se guardaron en el garaje para ser tratados en el momento adecuado.
Comienzan los preparativos para el día de la elaboracion, con ellos un interminable intercambio de mensajes, correos y llamadas telefónicas, para convocar a los miembros de la encomienda.
"Que me ha dicho Fulano, que quedamos en su casa",
"Que me ha dicho Mengano, que Fulano le ha dicho que si Zutano prefiere que se hace en casa de Sultano",
"Que mejor que primero vayamos a casa de Zutano, y luego a caso de Sultano",
"Que lo mejor hacerlo en casa de Mengano y luego llevarlo a reposar a casa de Fulano"
"Que Sultano, Zutano y Fulano prefieren hacerlo en casa de Mengano"
Por fin se cuadra el programa de actos y parece que ya todos tenemos claro donde acudir y a qué hora.
El viernes 2 de julio, se adquieren el resto de los ingredientes, que de nuevo vamos a mantener en el secreto que exige la exclusividad de la receta.

Y llegamos al sábado 3, los miembros de la encomienda templaria y hospitalaria quedamos convocados a las 10:00 para degustar unos huevos fritos recien cogidos del gallinero y unas pancetas fritas, bien de pan, vino y unos chupitos de orujo para comenzar la jornada.
Un rato de terturlia y organización del resto de la mañana, unos a comprar lo necesario para pasar el día, otros a buscar a las beguinas y el grueso de la expedición traslado hasta el lugar donde debería elaborarse el vino. Una vez allí se divide la expedición en grupúsculos más pequeños que son destinados a diferentes tareas dentro del proceso. Para la asignación a cada tarea antes que la habilidad innata se tuvo en cuenta la disponibilidad de guantes protectores contra el ataque de ese líquido en principio transparente que sale de la nuez, que cuando cae en la mano se vuelve amarillento y que de seguido se vuelve negro negro y perdura por días y días.
Se comienza la manipulación de las nueces y enseguida nos percatamos de que la decisión de mantener la recolección para San Juan había sido acertada, ¡qué digo acertada!, había sido acertadísima, teníamos en nuestras manos un fruto verde, grande, gordo como huevos de pato y jugosos a reventar. Seguramente el Noccino 2010 será un caldo de excelente calidad.

Se acercaba la hora de comer y no habíamos parado ni para tomar una cerveza así decidimos regresar hasta el lugar donde habíamos almorzado y con la satisfacción del trabajo bien hecho degustar unas cervezas.

Así lo hicimos, cogimos una veintena de sillas de plástico y regresamos a la primera ubicación, comenzamos a preparar cervezas o vinos acompañados de pepinillos, banderillas, cacahuetes o patatas que iban desapareciendo mientras los numerosos pinches de cocina cortaban el pescado o los calamares y el cocinero sofreía la cebolla y el marisco.

Rondaban las 3 de la tarde cuando la fideua estaba terminada. He de confesar que según se cocinaban los fideos mi percepción inicial de que tendríamos que echar mano de la conserva para completar la comida se iba disipando, también de he confesar que no fui el único que lo pensaba porque mientras se servían los platos cada uno que se acercaba decía lo mismo "Que no va a llegar" "Que todavía faltan 10" "Que esos platos son muy grandes y luego habrá que repartir"

Al final comimos todos, repetimos algunos y todavía quedo para dar de comer a todo el equipo de gimnasia rítmica o a dos del equipo de rugby.

Para terminar, una cajita de cerezas recien cogidas y unas tartas de chocolate cortesía de una de las beguinas.

Había concluido la comida y llegó el momento de los mojitos, se dispusieron encima de la mesa todos los ingredientes y comienza el proceso menta y azucar, la maza para machacar y extraer el aroma, lima, chorrito de limón paseo hasta la nevera para el hielo picado, ron y un chorrito de sprite, se menea todo, una pajita y pa´dentro.
Así hasta 30 ó 40 veces o más, ¡que sé yo! el montón de pajitas que iban y venían cada una dentro de un vaso con hielo y algo verde al fondo.

Mientras tanto, la radio nos iba contando lo que padecia Argentina contra Alemania y el resultado final que mandaba a casa a los primeros y convertía a los segundos en semifinalistas del mundial.

Aquel que no gustaba del mojito ni del fútbol ocupó el tiempo en dormir, pasear e incluso leer el periódico.

Se acercaba el momento del inicio del partido de Paraguay contra España y ya teníamos la pantalla colocada, la conexión a la cadena preparada y las sillas alrededor de la mesa listas para ser ocupadas.

Pinturas rojas y amarillas en caras, brazos o escotes, camisetas rojas y banderas de España daban color a la reunión. Comienza el partido y a falta de las típicas y odiosas vuvuzelas sudafricanas, la animación la ponían dos tapas de cacerola a modo de platillos. Sufrimiento, nervios y calor, mucho calor, durante todo el partido. Por fin termina el partido, Paraguay a casa y España a semifinal contra Alemania.

Es el momento de cenar. Unas ensaladas y conserva hacer las delicias del excitado público, que poco a poco va a asumiendo la alegría del pase a semifinales.

Terminada la cena es el momento de recoger y abandonar el lugar para dirigirnos cada uno a nuestra casa.

Dejamos el noccino macerando en sus "barricas" de plástico, a partir de ahora sólo el buen hacer del hermano vinatero, la espera y la intercesión de los dioses darán en 2011 un nuevo Noccino digno de los más exquisitos paladares de esta encomienda y de todos aquellos que sean afortunados de probarlo.

viernes, 16 de abril de 2010

VIAJE A TIERRA SANTA (Día 9, Jaffa)

Día 9, Jaffa (Sábado, 3 de abril de 2010)

A las 7 y media se recogían las maletas de la puerta de la habitación para llevarlas al lobby del hotel, y a las 8 salía el autobús para comenzar la última excursión del viaje.
Cada uno identifica su maleta y cuando la ve entrar al autobús se sube. Dos maletas rojas y azules quedan en la acera, el guía pregunta por sus propietarios y resultan ser de Carlos y Mª José, que llegaban corriendo por el hall, dan el ok y suben al autobús.
Mª José, cual madrina en una boda, pasa por todo el autobús repartiendo piedras que cogió del mar de galilea, podrían haber sido cogidas en Caprice, aquella fábrica de diamantes y seguramente hubiera sido mucho más caro pero desde luego no creo que fuera más valioso, fue el primer momento fuera de programa, a excepción de la foto de Jerusalem, que teníamos sentimiento de grupo, que alguien hacía algo para unificar a todo el grupo. Lo que no consiguió una cerveza, ni un cubata, ni una gorrita blanca y azul, ni una cena o comida lo consiguió una piedra ¡Enhorabuena, Mª José!


Emprendimos viaje hacia la ciudad de Tel-Aviv, concretamente al barrio de Jaffa, también llamado Yapho e incluso Joppe, que antiguamente era una ciudad próspera, un puerto importante, un punto estratégico fundamental, y que ahora había sido absorbido por el crecimiento de Tel-Aviv.


Llegamos al centro del barrio y bajamos del autobús, nos metimos en sus estrechas y desiertas calles ascendiendo la colina que le confería en la antigüedad esa situación de control del mar y de la tierra tan privilegiada, llegamos a una pequeña escalera en la que nos aposentamos para escuchar al guía contarnos la historia de Jaffa, invasiones sufridas, destrucciones y reconstrucciones. Deteniéndose pormenorizadamente en el episodio de la invasión de Napoleón Bonaparte, cuando llevado por su intención de dominar todos los puertos del mediterráneo llegó a Jaffa, sitió la ciudad y mandó a dos emisarios a negociar con los turcos una rendición a cambio de respetar los bienes conquistados, los turcos los decapitan, colgando sus cabezas en las lanzas y mostrándolos en las murallas, Napoleón furioso decide desplegar baterías alrededor de la ciudad, la situada al norte efectuará maniobras de distracción mientras la del sur atacará con fuego de artillería, desconocido en aquel tiempo por los otomanos. La ciudad fue destruida y sus habitantes fusilados o apuñalados. Marchó Napoleón a Acre donde intentó infructuosamente conquistar la ciudad y decidió regresar a Francia.

Tantos avatares sufridos, tantas destrucciones y reconstrucciones y la absorción por la ciudad de Tel-Aviv ha hecho que este barrio sea actualmente un reducto bohemio de artistas, tiendas de antigüedades y galerías de arte.

Recorriendo sus calles llegamos hasta la puerta de Ramses, muestra de la ocupación egipcia,

seguimos ascendiendo hasta llegar una replaceta donde se puede observar la ciudad de Tel-Aviv construida de espaldas al mar con sus modernos rascacielos y con su barrio judío de casas bajitas con tejados rojos. En esa replaceta se encuentra la Estatua de la Fe, tres grandes piedras de unos 3 metros que emulan a la puerta de Ramses colocadas dos a modo de pilares y la tercera como dintel entre ellos. En uno de los pilares se encuentra representado el pasaje bíblico del Sacrifio de Isaac, en el otro el pasaje del Sueño de Jacob y el dintel la Caída de Jericó.

Salimos de los jardines por un puente de madera con una barandilla metálica en la que están representados en bronce los signos del zodiaco y como era de esperar la típica tradición de que aquel que colocado en su signo zodiacal y mirando al mar, pide un deseo le es concedido, tradición nada original pero que por si acaso fuera cierta, nos llevó a distribuirnos a lo largo del puente, yo compartí signo con Pilar y Mª José,

pedimos nuestro deseo y nos tomamos una fotos, seguimos hasta la entrada de la iglesia franciscana de San Pedro, donde había un chiringuito que nos sirvió unos refrescos o cervezas y un pequeño mercadillo donde pudimos adquirir algunas bisuterías.
Terminado el descanso entramos en la iglesia en la que la comunidad nigeriana estaba celebrando una ceremonia, estuvimos poco rato para no molestar demasiado y seguimos el paseo, pasamos por el antiguo faro que tenía una bandera verde de hamás y bajamos hasta el paseo marítimo, bordeamos el edificio de la aduana y llegamos hasta la torre del reloj, gemela de la que vimos en Acre, con dos relojes que en sus orígenes marcaban la hora local y la de Damasco y contemplamos el exterior de la mezquita y su sabbala, fuentecilla en el exterior del edificio.

Entramos en un restaurante a comer unas ensaladas y kebab con salsa, al salir un cafetero ambulante, con su depósito a la espalda, los vasitos a la cintura y una campanilla como reclamo, nos ofreció un ración

y de allí al autobús y dirección al aeropuerto.

Por el camino, el guía nos explica cuales son los trámites para salir, primero presentar los impresos para que nos devuelvan el importe correspondiente a los impuestos pagados en las compras grandes realizadas, joyas o cosméticos, después entrevista personal con el personal de seguridad del aeropuerto, revisión del equipaje en un scanner y colocación de una pegatina identificativa y en caso de duda al mostrador próximo a abrir la maleta y enseñar el contenido, después de eso a por la tarjeta de embarque y a facturar.

Llegamos a la terminal, nos despedimos de Dudu, el conductor, cogemos el equipaje y a la cola del scanner, hay un puesto de devolución de impuestos, algunos se paran allí y tienen que enseñar todos los cosméticos o las joyas, otros nos ponemos en la cola, comienzan las preguntas acerca del equipaje y de los souvenirs y parece que la cosa está clara en todos los casos, sospecho que es importante que el guía esté con nosotros para que este trámite se haya agilizado bastante, comenzamos a pasar por los scanners y muchos de nosotros tenemos “la suerte” de enseñar nuestra maleta en el mostrador, verifican lo que ha llamado su atención en la pantalla y a la fila de facturar sin ningún contratiempo, aquí la función del guía pasa únicamente por la traducción.
En la fila de facturación vamos pasando de dos en dos y nos van asignando asientos a discreción. Nos despedimos de Ricky, el guía y pasamos al Duty Free, lo primero es ir a otro puesto de devolución de impuestos a que nos trasformaran el sello que habían puesto en el formulario en el primer puesto en dinero en efectivo, nosotros no habíamos pasado por el primer control así que tuvimos que enseñar una pequeña muestra de crema para demostrar la compra y que nos reembolsaran el dinero, muestra que luego fuimos prestando a otros que con la misma demostraban su compra y les permitía recibir su dinero.
Puerta de embarque B6, hora de embarque 16:15, tomamos unos refrescos mientras hacíamos tiempo para embarcar.
Llegada la hora nos acercamos a la puerta y comienzan a llamar a las últimas filas, como quiera que estábamos dispersos por la cabina, fuimos entrando en varias tandas. Ya en el avión, ¡habíamos mejorado respecto a la ida!, se trataba de un Airbús A-340/300, con dos asientos en cada lado y cuatro en el centro y además la separación con la fila de delante era mucho más amplia.

Emprendemos el vuelo de regreso, el comandante saluda nos comunica la altitud de crucero, la hora prevista de llegada sobre las 21:15 y que el tiempo en Madrid es lluvioso. Despegamos y cuando alcanzamos altitud y velocidad de crucero, las azafatas nos sirven ..., no se puede llamar almuerzo porque era tarde ni cena porque era pronto, eran cerca de las seis así que lo más adecuado sería llamarlo merienda, bueno pues eso, las azafatas nos sirven una merienda compuesta por cuscús, carne con pasta y pastel de postre.

Este avión con dos pasillos permitía un trasiego continuo de personas de adelante a atrás y probablemente eso hacía también que las azafatas pudieran desarrollar su trabajo con más comodidad sin tener que llamarnos tantas veces la atención, terminadas las reservas del bar de cabina llegamos a Madrid, tomamos tierra sin complicaciones y abandonamos la nave.
Deshacemos el trayecto, en andén móvil, ascensor, tren y ascensor de nuevo para llegar hasta la cinta 5 donde deberían empezar a salir nuestras maletas. Nos fuimos despidiendo de la gente que se quedaba en Madrid y cuando todos teníamos nuestro equipaje salimos hasta el andén 3 donde nos esperaba nuestro autobús, cargamos el equipaje en las bodegas y ¡oh, sorpresa! una de la puertas no cierra. Todos alrededor de la puerta como si todos entendiéramos de autobuses, hidráulicos y puertas. Cada uno que bajaba se asomaba al interior de la puerta, miraba el mecanismo, intentaba mover la puerta y daba su opinión sobre la solución. Al final el conductor ayudado por José Luis resuelven en tema y nos ponemos en marcha.

Llegando a Alcolea del Pinar, paramos a cenar algo, ¡PAN, PAN, PAN! con tortilla de patata, lomo o salchichas y cañas.

Volvemos a embarcar y de tirón hasta Teruel, recogemos nuestro equipaje y damos por concluido este magnífico viaje.

VIAJE A TIERRA SANTA (Día 8, Jerusalem)

Día 8, Jerusalem (Viernes, 2 de abril de 2010)

Este día estaba marcado como “de libre disposición” en el itinerario del viaje, como quiera que no había sido posible visitar el cenáculo en su día, decidimos aprovechar la mañana para cumplir con esa obligación. Quedamos a las 9 de la mañana en el lobby del hotel con la intención de ir en taxis hasta el cenáculo. A eso de las 7 menos cuarto, y siguiendo la costumbre de todos los días, ya estábamos en pie, así que decidimos bajar a desayunar y emprender paseo hasta el cenáculo, pasé una nota a Eugenio por debajo de la puerta indicándole el cambio de planes y quedando directamente en destino un poco pasadas las 9.
Salimos del hotel y entramos a la ciudad vieja por la puerta de Damasco, el zoco estaba todo cerrado y no había nadie por las calles todavía, fuimos paseando en dirección a la la puerta de Jaffa y antes de llegar nos encontramos con varias procesiones ortodoxas que estaban haciendo el vía crucis. En una de las calles nos tropezamos con el monumento del primer asentamiento de los hospitalarios de San Juan,

seguimos hasta la puerta de Jaffa. Al lado de ésta falta un trozo de muralla de unos 12 metros que fue derruido en 1898 por el emperador alemán Guillermo II para poder entrar en la ciudad con su vehículo; en contraposición a esta anécdota se cuenta otra que dice que el General británico Edmund Allenby en 1917 tomó la ciudad y en muestra de respeto al estatuto de Jerusalem como ciudad santa, entró andando por la puerta de Jaffa para su desfile triunfal, diciendo que “A Jerusalem se entra a pie”
Seguimos por la torre de David y por la ciudadela, pasamos por el barrio armenio y llegamos hasta el barrio judío donde paseamos por las tiendas del cardo

Y cuando pasaban unos minutos de las 9 nos fuimos a esperar al resto del grupo con el que habíamos quedado en la puerta del cenáculo. Pasaban de y cuarto cuando llegarón Manolo y Marisa con Gerardo y Mª José acompañados por Pepe, entraron y nosotros seguimos esperando hasta casi las nueve y media. Subimos al primer piso del edificio que es donde se desarrolló la última cena y de ahí ascendimos al mirador de la cubierta.

Terminada la visita cultural decidimos acompañar a las señoras a la galería comercial Mamila y al barrio judío de Ben Yehuda, recorrimos las calles del barrio judío, el barrio cristiano y salimos de la ciudad por la puerta de Jaffa, atravesamos la galería comercial y llegamos a Ben Yehuda, decidimos tomar una cerveza con tan buena suerte que en el Pesaj y en el barrio judío no hay nada que fermente, o sea, no hay cerveza. Íbamos a tomar otra determinación cuando José Antonio encontró una pizzería que nos servía cerveza y allá que fuimos.

Tomamos unas maccabee, algunos las tomamos con sprite ya que no había gaseosa, y unas aceitunas y salimos todos juntos para disolver el grupo y manejarnos en pequeños grupúsculos más fáciles de organizar. Quedamos emplazados en la reja verde de la plaza próxima al Santo Sepulcro, que todos sabemos dónde está y dispersamos el grupo, cada uno hace la guerra del regateo y las compras por su cuenta.
Inmersos en el zoco, vamos adquiriendo distintos souvenirs hasta la hora de la comida, reunido todo el grupo de nuevo nos vamos a comer a una pizzería, llamada Basti, situada en la vía dolorosa, donde también están comiendo Gerardo y Manolo, no hay sitio en la terraza así que entramos al bar, nos sentamos en dos mesas pero unos cuantos deciden salir a ver pasar los grupos de penitentes con la cruz a cuestas en el recorrido del vía crucis, se aposentan en una mesa exterior y reajustamos para ocupar sólo una en el interior. Terminada la pizza y el helado, nos vamos al hotel a dejar las bolsas y descansar un poco mientras el resto del grupo decide seguir paseando.
Quedamos de nuevo en la estación 5 de la vía dolorosa y cuando nos reencontramos el grupo está terminando de comprar, decidimos que era el momento de descansar y buscamos un sitio que nos vendan cerveza, intentamos acercarnos hacia la plaza del Santo Sepulcro pero antes de llegar una mesa en la calle con un montón de cervezas llama nuestra atención y allí que nos metemos, Cynthia Cave, se trata de un bar con dos sótanos, bajamos hasta el final y el propietario nos cuenta que ese sótano le apareció a él cuando picaba para hacer los servicios y que al otro lado de la roca de la pared se encuentra el Santo Sepulcro, al principio pensamos que es una vacilada pero cuando nos entrega una tarjeta con un plano tiene todos los visos de ser cierto, en cualquier caso el local es muy agradable y la atención correcta.

Allá estábamos cuando Charo y Pili empiezan a bailar la danza del vientre, con tan buena suerte que la televisión que había en la calle encima de la puerta emite sus bailes para disfrute de los viandantes. Mientras tanto Marta y Rosa deciden ir al Santo Sepulcro a pasar cruces y rosarios por la piedra y Domingo las acompaña, pasaba mucho rato desde que habían salido y como ya teníamos que ir pensando en regresar al hotel para la cena decidí ir a buscarlas, en una de las calles que lleva a la basílica veo al fondo las luces azules de un coche de policía y de repente la gente empieza a correr hacia mí, los comerciantes guardan el género dentro de la tienda y cada vez el paso se hace más difícil así que optó por volver e intentar acceder por otro lado, cuando llego al grupo el camarero me dice que no hay otro camino así que vuelvo con Amado y al llegar al punto del conflicto nos encontramos con Rosa, Marta y Domingo que salían de una tienda. Volvemos con el grupo y regresamos al hotel.

Después de cenar, una copa en el bar del hotel y a preparar las maletas para el día siguiente.